Ocurrió en una tarde de Diciembre. Más o menos, para cuando empezaba el invierno. Lo recuerdo porque los árboles yacían calvos y el frío cortaba mis labios y se te enrojaba la nariz, como Rudolf. Cuando salíamos a pasear, te ponía la manta que nos hizo la abuela sobre los hombros, y la dejaba caer hacia delante para que te abrigara las manos y el pecho. Ya no sabías, se te había olvidado y ahora lo hacían dos ruedas por ti. Volviendo al tema, volviendo a aquella tarde de Diciembre, en la que no nevaba, pero hacía un frío especialmente romántico, de ese frío que te hace agarrar fuerte a tu pareja para que se note el calor a través de la piel. El fuego que quema por dentro. Un frío romántico. Íbamos andando por una avenida de al lado de un parque y en los laterales de la calle, había unas paradas para comprar figuras del Belén, abetos de navidad, decoraciones festivas… Personalmente, me gusta la navidad, aunque siempre he pensado que eso del Belén, los regalos, abetos, etc. es cosa de marketing y, como así lo pensaba, no paré en ningún puesto ni siquiera a mirar. Sin embargo, cuando llegamos al final de la calle, me pediste que te acercara a la parada de la derecha. No me costaba nada hacer realidad tu petición, así que giré 45 grados y te adentré en el barullo de gente. En ese momento tu corazón dejó de latir. A las puertas de la navidad. Supongo que mirando aquello que te había llamado la atención. Aún me pregunto, si te habría gustado más haber ido más rápido por aquel paseo, sentarnos a tomar un café y decirte que te quiero, o si no había estado mal aquella muerte, temprana, pero tranquila, paseando, en pleno invierno, por una avenida navideña y en compañía de tu hermana que ahora te llora y te extraña.
2 comentaris:
¡Qé atrevida es la NO VIDA! Viene, entra sin llamar, te dice qe la sigas y ya está!Eso sí qe es control de la situación.
¡Ay God, good, God, good!
Lee un poco de las "Coplas a la muerte de su padre" de Jorge Manrique.
!Cuánta p. tengo q.t.ct?
?:)
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