02 de juliol 2013

Tren

De pequeña, los viajes en tren me aburrían. Se me hacían largos y pesados. Mis padres no me dejaban levantarme del sitio y no podía hablar fuerte para no molestar al resto de pasajeros.

Ahora, los viajes en tren sí que me gustan. Si los hago con amigas son trayectos cortos y amenos, converso y me rio. Si los hago sola, son minutos u horas que me dedico a mí misma: leo, escucho música… Incluso a veces tengo la suerte de que se vea un bonito paisaje por la ventana y entonces ya sí que... desconexión total. 

Mañana me espera un largo trayecto sola, para mí. La maleta ya está lista: un par de bocadillos por si el hambre acecha, una gran botella de agua, una larga lista de reproducción en el iPod y un buen libro. ¡Buen viaje!